Porque trabajar Shiatsu
¿Por qué hacer un curso de shiatsu?
El Shiatsu básico es posible aprenderlo en unos pocos meses, pero si se profundiza en él durante años, se puede alcanzar un nivel de maestría en lo que es una técnica bien sencilla. Precisamente su dificultad estriba en esa sencillez. Hay que adquirir las posturas y las presiones correctas, y esto se logra únicamente con una práctica continuada.
Shiatsu es un estudio interesante
Dedicar tiempo al estudio y perfeccionamiento del Shiatsu básico conlleva que las sesiones sean cada vez más beneficiosas, pues con el tiempo se aplicará de una manera más fácil y fluida. También es una buena opción profesional para contribuir al mantenimiento de la salud, la prevención de dolencias y el relax de las personas, lo que supone ayudarles a gozar de una óptima calidad de vida.
Además, la sencillez de la técnica del Shiatsu básico lo exime de contraindicaciones.
En cambio, el ejercicio profesional del Shiatsu de forma terapéutica y con una técnica personal, primero tiene que ser moldeado por las enseñanzas y consejos propios de cada maestro durante el transcurso de la formación.
Con los años hay que desarrollar un estudio basado en la investigación personal, y sobretodo una intuición que se irá adquiriendo con la experiencia como profesional.
Aunque la práctica es importante para ganar experiencia, también hay que abrirse a una constante evolución en la manera de hacer. Hay que estar constantemente estudiando el cuerpo humano, el modo en que funciona la medicina holística y desarrollar una intuición que debe ir más allá de sentir sin pensar. Y todo ello sin alejarse de la base del Shiatsu.
Por todo ello, en la formación de Shiatsu según la metodología Genzai, se hace hincapié tanto en preservar las bases y orígenes del Shiatsu, como en ayudar al estudiante en sus aptitudes e inquietudes particulares.
¿De dónde proviene el shiatsu?
Esta filosofía es fruto de la experiencia de los instructores de Shiatsu Genzai, que son conscientes de la importancia de sentirse con la seguridad necesaria para ejercer la profesión una vez concluido el período de formación, ya que, entre otras cosas, para poder aplicar un tratamiento pertinente, que puede formar parte de un protocolo dado, pero que será totalmente personalizado en cada caso, se debe saber improvisar sin pensar en esas secuencias protocolarias que eran necesarias en el momento del aprendizaje. Se debe saber cuándo aplicar cada técnica, de qué manera y a quién se le aplica una u otra técnica dependiendo del momento y de cada caso particular, adaptándose a los cambios que se vayan presentando.
En todo ello se basa la metodología de Shiatsu Genzai para impartir sus enseñanzas, ya que todo lo expuesto anteriormente es imperativo a la hora de realizar una sesión con soltura y profesionalidad, sabiendo transitar de una parte a otra del cuerpo de la persona que recibe el Shiatsu, y que ésta sienta en todo momento de la sesión que la zona que se le está tratando es la que se necesita tratar.
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